¡Es la unidad de España! (lo que está en juego)

Tras enterarme por la BBC de la detención del «rebelde» vasco Josu Ternera, el miércoles comenzaba el día buceando en el diario Público, intentando encontrar algo de sentido a las palabras del «Marqués de Galapagar» sobre Amancio Ortega.

No sorprende que los esbirros de Escolar tengan la poca vergüenza de sugerir que las donaciones del hombre más rico de España a los hospitales son únicamente para desgravarse el 35% de las mismas. Todo con tal de contentar a su amado líder, rencoroso comunista y oportuno capitalista.

También esta semana, la clase política ha vuelto a quedar en ridículo. Esta vez ha sido en la toma de posesión de los nuevos diputados, en la que se han utilizado fórmulas absurdas y se ha permitido que varios golpistas salgan de excursión desde la cárcel para reírse del sistema desde el Parlamento (y luego ser suspendidos en sus cargos, todo un circo). Probablemente, no haya sido fácil para Meritxell Batet tomar la decisión de suspenderlos, cuando ella fue una de las que rompió la disciplina de su partido al votar a favor de la consulta para la independencia de Cataluña.

En realidad, la única consecuencia política inmediata que tendrá la suspensión de los cuatro diputados secesionistas es que la mayoría necesaria para obtener la mayoría absoluta no es de 176 escaños, sino 174, lo que supone que ya ni el voto negativo de ERC impedirá la investidura de Pedro Sánchez.

Estos hechos son solo pequeñas pinceladas de la actualidad de España pero, en ocasiones como esta, hay que alejarse de lo concreto y ver las cosas con perspectiva.

El domingo hay elecciones municipales, a la comunidad y al Parlamento europeo, y si los resultados no ayudan, podemos estar un paso más cerca del desmembramiento de nuestro país. Por eso son unas elecciones tan trascendentes y que no hay que despreciar.

Puede que al lector le parezca exagerado, pero los partidos tradicionales necesitan los apoyos de los partidos secesionistas como el sr. Iglesias pasar por el dentista. Así pues, actuemos en consecuencia y con conciencia de Estado participando en este sistema tan imperfecto que es la democracia.

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