Las camisetas con el rostro del revolucionario cubano Ernesto «Che» Guevara de la Serna nunca han pasado de moda. El rapero Jay-Z la ha usado, la modelo Gisele Bundchen también ha posado en trajes de baño con la cara del Che, e incluso el Príncipe Harry fue fotografiado con un atuendo del Che en su juventud.
Múltiples películas de Hollywood han glorificado al revolucionario cubano nacido en Argentina, transformándolo a lo largo de las décadas en una especie de elemento de la cultura pop, cuyo rostro todavía simboliza para muchos la lucha contra la supuesta máquina capitalista, en un momento en que el socialismo está cobrando una renovada popularidad en Hispanoamérica y el sur de Europa.
Pero estoy seguro de que la mayoría de las personas que portan su camiseta podrían no ser conscientes de lo que hizo y dijo «su ídolo», con lo que merece la pena echar un vistazo a la historia y revisar su biografía. Seguramente no les haga tanta gracia llevarla después de conocer las formas del personaje
Asesinaba a personas sin tener en cuenta su culpa o su inocencia
En 1962, el periódico oficial cubano Revolución informó de que en una ocasión dijo: «en tiempos de tensión excesiva no podemos proceder débilmente. En la Sierra Maestra, ejecutamos a muchas personas por escuadrones de tiro sin saber si eran completamente culpables. A veces, la Revolución no puede detenerse para llevar a cabo mucha investigación; tiene la obligación de triunfar «.
Más tarde escribió en uno de sus diarios sobre cómo le disparó a un campesino que admitió haber filtrado información al enemigo. «Se quedó sin aliento por un momento y estaba muerto», escribió Guevara. «Ejecutar a un ser humano es algo feo, pero [también] ejemplar».
Miles de personas fueron asesinadas por el régimen cubano y hubo muchos asesinatos que le vinculan directamente a él. Según Maria Werlau, autora del libro «Las víctimas olvidadas del Che Guevara», y quien pasó años documentando a las personas específicas asesinadas por orden de Guevara, «fue directamente responsable de al menos 124 asesinatos».
Enviaba a las personas homosexuales a campos de trabajos forzados
En los diarios del Che, escribió sobre un hombre que, «a pesar de ser homosexual y aburrido, había sido muy amable con nosotros».
Humberto Fontova, autor de «Exponer al verdadero Che Guevara», afirma en su libro que «El régimen que cofundó el Che Guevara es el único en la historia moderna del hemisferio occidental que ha llevado a los homosexuales a campos de trabajos forzados».
Guevara estableció el primer campo de trabajos forzados de Cuba para personas consideradas por el estado como delincuentes. Un periodista que logró ver esos campamentos informó de que los reclusos trabajaban 60 horas a la semana, mientras eran custodiados por hombres armados, y apenas se les pagaba.
Los homosexuales estaban entre los grupos perseguidos y eran llevados a campos de concentración, así como las personas que tenían «otras prácticas culturales capitalistas decadentes», que también eran perseguidas.
Se oponía frontalmente a una prensa libre
En 1959, el periodista izquierdista José Pardo Llada informó de que Guevara le dijo: “Debemos eliminar todos los periódicos; no podemos hacer una revolución con la prensa libre. Los periódicos son instrumentos de la oligarquía».
“Cuando el Che Guevara llegó por primera vez a La Habana, se mudó a la mansión más grande y lujosa de la ciudad. Un periodista cubano, Antonio Llano Montes, escribió sobre ello en 1959. Naturalmente, los matones del Che Guevara le hicieron una pequeña visita”, señala Fontova.
Montes, relatando el incidente desde el extranjero en un libro titulado «La Dinastía», informó de que los hombres de Guevara lo llevaron ante el Che, ante quien presenció un siniestro espectáculo: firmar 26 sentencias de muerte frente a él. Montes contó que Guevara después lo amenazó, diciendo: «Puedo hacer que te disparen esta misma noche, ¿qué te parece?»
A pesar de que Guevara lo dejó irse tras la amenaza, el periodista huyó rápidamente del país.
Hacía continuas declaraciones racistas
En el diario del Che Guevara, escribió sobre «los negros» que vivían en Caracas, Venezuela, llamándolos «esos magníficos ejemplos de la raza africana que han mantenido su pureza racial gracias a su falta de afinidad con el baño».
Según él, “el negro es indolente y un soñador; gastando su escaso salario en frivolidad o bebida; el europeo tiene una tradición de trabajo y ahorro».
Fontova desvela que “muchas de las personas que Che enviaba al pelotón de fusilamiento eran miembros del ejército de Batista, y estos desproporcionadamente tendían a ser negros y mulatos». Batista mismo era mulato.
Batista había sido considerado por muchos cubanos como un amigo de la minoría negra cubana, y había elevado a varios a puestos prominentes en el gobierno.
Sin embargo, a veces Guevara también pidió que se representara a más negros en las instituciones y tenía combatientes negros bajo su mando.
Tenía un complejo mesiánico
Los diarios de Guevara contienen una redacción grandiosa, en los que se presenta a sí mismo como un salvador que absolvió los pecados de privilegio de los cubanos con derramamiento de sangre.
Guevara escribió sobre una noche en la que, hablando con un compañero comunista bajo una farola, se le ocurrió una visión que le ofrecía claridad:
“Me veo a mí mismo … el gran igualador de la voluntad individual, proclamando el último mea culpa. Siento que mis fosas nasales se dilatan, saboreando el olor acre de la pólvora y la sangre, la muerte del enemigo; Preparo mi cuerpo, listo para la batalla, y me preparo para ser un espacio sagrado dentro del cual el aullido bestial del triunfante proletariado puede resonar … «.
En algo en lo que todos están de acuerdo es en la arrogancia de desprendía el Che, aunque la parábola de que «los que viven por la espada, mueren por la espada» también se le terminó aplicando, ya que después de ayudar a establecer el socialismo en Cuba, viajó a otros países para comenzar más revoluciones.
Su último intento fue en Bolivia, donde se entregó a los soldados enemigos después de una batalla y luego fue ejecutado, sin juicio, por orden del gobierno boliviano.
Desmontando al progre 